Disparidad en la cancha
Los balones de este diseño representan la disparidad entre el valor de los premios totales otorgados por la FIFA en los últimos mundiales de la categoría masculina y femenina en el fútbol profesional. Mientras se asignaron 440 millones de dólares para el Mundial masculino de Qatar 2022, las mujeres recibieron solo el 25% de ese monto, es decir, 110 millones de dólares para Mundial de Australia/Nueva Zelanda 2023.
En 2022, el sindicato mundial de futbolistas profesionales, FIFPRO, emitió una carta firmada por 150 jugadoras internacionales. En dicha carta, exigieron a la FIFA paridad en las condiciones para las selecciones femeninas participantes en la Copa Mundial de Australia/Nueva Zelanda 2023 en comparación con las selecciones masculinas que hicieron parte en el Mundial de Qatar 2022.
Como resultado de estas demandas, la FIFA aumentó la financiación del torneo y el valor de los premios otorgados durante la competencia. Además, garantizó igualdad de condiciones para las participantes, incluyendo el nivel de alojamiento, la clase de los vuelos y el tamaño de la delegación que acompaña a las selecciones. El hito más importante, fue que, por primera vez, se aseguró un pago de 30 mil dólares para todas las jugadoras que participaron en el mundial.
A pesar de ello, la brecha de género en el fútbol profesional persiste como una realidad. En el Mundial Femenino 2023, la FIFA destinó una cuarta parte de presupuesto para premios totales en comparación con lo asignado en el Mundial Masculino 2022.
El monto de los premios totales es apenas la superficie visible de una realidad más profunda. En el contexto del fútbol femenino, la disparidad frente a la categoría masculina se manifiesta en diversas formas. Un ejemplo claro es la valoración de los trofeos: la FIFA estimó que el trofeo de la Copa Femenina tiene un valor de 30 mil dólares, mientras que el trofeo correspondiente a la Copa Masculina fue valuado entre 250 mil y 300 mil dólares para el año 2022.
A pesar de los esfuerzos adelantados por la FIFA, el futbol femenino recibe menor patrocinio, menos tiempo de transmisión e ingresos inferiores en los respectivos clubes y selecciones en los que participan las jugadoras. Si bien se han hecho esfuerzos por disminuir la brecha, la historia de los premios del mundial sirve como recordatorio de la disparidad estructural que persiste en el fútbol profesional.
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