Máquinas vs. humanos: ¿Es la tecnología la solución a todo?
Realizamos un repaso a las opiniones de periodistas y autores a esta pregunta.
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Por Sasha Muñoz Vergara. Publicado: julio de 2021
El tecno-chauvinismo es la creencia de que la tecnología es siempre la solución. Esto reitera la idea de que el desarrollo tecnológico y la inteligencia artificial están cambiando la forma en que los periodistas descubren, analizan y difunden las noticias.
Durante el Festival de Periodismo IA, celebrado virtualmente en diciembre de 2020, investigadores y reporteros de todo el mundo presentaron algunos de los trabajos innovadores y reveladores que se están haciendo a partir de la Inteligencia Artificial (IA), desde crear nuevas formas de historia hasta identificar mejor los sesgos editoriales de una organización de noticias.
Un ejemplo de esto es cómo varios medios de comunicación, como Reuters, AFP, Nikkei y La Nación, colaboraron en un programa piloto llamado Proyecto AIJO que utilizaba IA para detectar sesgos de género binarios en sus informes. A través de este proyecto, en los últimos años, varias organizaciones han estado investigando el uso del aprendizaje automático para examinar la representación de género en los medios de comunicación.
El software de inteligencia artificial del Proyecto AIJO escaneó miles de artículos para detectar y categorizar tanto las imágenes de las historias como las citas de las entrevistas para ver qué tan equilibrada era la cobertura de noticias cuando se trataba de dar a hombres y mujeres una representación igual. Así, Pew Research encontró que las mujeres están insuficientemente representadas en las búsquedas de imágenes de Google.
Según Adrian Ma, profesor de la Escuela de Periodismo de la Universidad Ryerson y participante del proyecto, las mujeres solo aparecieron en el 27,2% de las imágenes utilizadas en los artículos, constituían el 21% de las personas citadas y solo el 22% de las fuentes citadas. El equipo también supo que las citas de fuentes femeninas eran más cortas que las de los hombres. Este tipo de desarrollo de IA tiene un potencial emocionante, especialmente a medida que el algoritmo se expande para incluir otras variables. Dar a las redacciones la capacidad de medir rápidamente la diversidad de su contenido podría ayudar a lograr una cobertura más equilibrada y representativa, algo que la industria ha fallado durante mucho tiempo.
Para obtener más información sobre este trabajo, consulte la grabación de vídeo de los miembros del Proyecto AIJO Agnes Stenbom e Issei Mori presentando los hallazgos del grupo.
A pesar de lo anterior, no todo indica que la tecnología ayude a disminuir las brechas existentes. En el libro “Artificial Unintelligence: How Computers Misunderstand the World” de Meredith Broussarde se plantea que es simplemente falso que los problemas sociales vayan a desaparecer gracias a una utopía tecnológica. Para demostrarlo, el libro analiza con inteligencia artificial por qué los estudiantes no pueden superar tests estandarizados y demuestra por qué intentar arreglar el sistema de financiación de las campañas electorales de EEUU construyendo un software de inteligencia artificial no funciona.
Los humanos a menudo perciben la IA como inherentemente superior a sus propias mentes, completamente libre de fallas y falacias terrenales. Sin embargo, según Meredith Broussard, toda la tecnología está fundamentalmente influenciada por las creencias y prejuicios de quienes la diseñan, para bien o para mal.
El objetivo final de la IA es crear una inteligencia general que pueda adaptarse a una amplia variedad de situaciones. Construir una computadora sensible con este tipo de inteligencia está muy lejos incluso de los programas informáticos más avanzados que se están desarrollando hoy en día. Las aplicaciones actuales de la IA, como el aprendizaje automático, son todas formas de IA estrecha centrada en el dominio de tareas muy específicas.
Broussard presentó su mirada crítica al enamoramiento de los medios contemporáneos con la IA en un evento para la Serie de Conferenciantes y Talleres de Feministas y Tecnologías de la Publicación y las Comunicaciones Accesibles. Allí la autora aconsejó a la audiencia que entendiera lo que realmente es la IA: Una máquina diseñada por científicos principalmente masculinos que solo sabe tanto como se le enseña, y planteó que los gobiernos deben establecer una agencia federal de protección al consumidor para auditar y regular los algoritmos que regulan todo, desde las redes sociales hasta las decisiones en salud.
Durante mucho tiempo, la gente ha creído que las computadoras son más objetivas o más imparciales que las personas. Estos autores demuestran que no siempre es así. No es una competencia sobre cuál es mejor, o si deberíamos eliminar por completo las computadoras. Se trata de pensar cuál es la herramienta adecuada para la tarea que necesitamos. A veces es una computadora, otras no. Sea como sea, siempre se debería tener en cuenta el criterio humano y el contexto en el que se deben tomar las decisiones, por ejemplo, si se debe determinar si una persona tiene una enfermedad o no, el contexto será imprescindible y las máquinas no siempre lo tienen en cuenta. Podemos usar computadoras para tomar cierto tipo de decisiones, para otras no, y eso está bien.