Necesitamos mayor protección para los periodistas
El acoso y los ataques digitales masivos a los reporteros aumentan, pero aún no son abordados con suficiencia. En el evento “Enfrentando el acoso cibernético en salas de redacción: una conversación entre gerentes”, del 16° Congreso Internacional de Periodismo Investigativo, organizado por Abraji, cuatro expertos analizaron estas problemáticas y plantearon posibles soluciones.
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Fuente de la imagen: https://twitter.com/abraji
Por Nicolás Barahona. Publicado: 26 de agosto de 2021.
Latinoamérica y Estados Unidos son regiones donde es urgente garantizar la libertad de prensa. En especial, cuando los periodistas deben cubrir temáticas recurrentes como la violación de Derechos Humanos, abusos de poder o corrupción.
Con el aumento de proyectos de investigación independientes, el ejercicio periodístico va aún más en contravía de los intereses de grupos económicos o políticos, convirtiéndolo en el blanco de campañas de desprestigio, estigmatización y persecución.
Para entender la dimensión de esta problemática, la Asociación Brasileña de Periodismo Investigativo (Abraji) organizó un diálogo con cuatro expertos: Sean Sposito (del equipo de ingeniería de seguridad proactiva de Verizon Media), Paula Guimarães (directora ejecutiva del portal Catarinas), Raphael Hernandes (fundador de la versión brasileña del proyecto Privacidad para Periodistas) y Viktorya Vilk (directora del Programa de Seguridad Digital y Libertad de Expresión de PEN America).
En su análisis encontraron que las consecuencias del acoso y la persecución online a periodistas puede afectar el bienestar de cada ciudadano, pues al silenciar a un reportero o a un medio de comunicación aumenta el riesgo de que cualquiera sea manipulado, no se compartan conocimientos y aumente la impunidad.
La unión entre responsabilidad y carga que cae sobre el periodismo hace que los efectos del acoso también se manifiesten en la cotidianidad de quienes lo ejercen, amenazando su tranquilidad, libertad de expresión y formas de sustento.
“El acoso en línea parece orgánico, pero es más coordinado. Empieza en una esquina oscura de la web y va pasando a nuevas plataformas, como Facebook o Twitter. Después al periodista le llegan mensajes al correo electrónico o mensajes de voz por chat. Luego recibe paquetes intimidatorios en su casa y hasta termina siendo perseguido cuando lleva a sus hijos a la escuela”, explicó Viktorya Vilk, de PEN América.
Una responsabilidad no asumida
Según los expertos, una de las razones por las que el acoso a los reporteros se ha hecho posible es la carencia de prevención dentro de los medios de comunicación.
Como lo afirmó Raphael Hernandes, del proyecto Privacidad para Periodistas en Brasil, se están repitiendo patrones dentro de las organizaciones de noticias que demuestran que la seguridad no hace parte de sus prioridades.
Entre esos patrones se encuentra que los trabajadores no están siendo entrenados para evitar daños a su privacidad, la falta de aplicación de políticas de seguridad digital básicas y la casi inexistencia de profesionales contratados específicamente para responder a los ataques masivos.
Esto conlleva a que la seguridad sea cercana a un acto de supervivencia de cada periodista. Hernandes, también reportero de Folha de São Paulo, contó que son recurrentes las llamadas de colegas desesperados que no saben afrontar casos de acoso cuando este supera el espacio de las redes sociales.
“Es momento de que las salas de redacción paren, miren hacia adentro y descubran las brechas que tienen. Así van a determinar cómo actuar rápidamente y evitar que sus periodistas sean tan vulnerables al acoso y los ataques cibernéticos”, dijo Hernandes.
Un caso preocupante
En países como Brasil la situación se está tornando crítica, a vista de los panelistas. Una de las agravantes es la persecución a las mujeres periodistas y la narrativa violenta de su presidente, Jair Bolsonaro.
“Aquí tenemos una falta de pluralidad para la libertad de expresión. Esto es en sí un asalto a la democracia”, afirmó Paula Guimarães, directora ejecutiva del portal Catarinas, que aborda temas de género, feminismo y Derechos Humanos.
Este medio fue blanco de ataques masivos en marzo de 2021, haciendo que el sitio cayera y fuera inestable hasta el día de publicación de esta nota. Situación similar vivieron Journalism Bridge y Reporter Brazil, medios independientes atacados por “bots”, informó Abraji.
“Esta es una imagen muy severa. Dejan claro que pueden atentar contra los derechos de la prensa sin ningún problema”, añadió Guimarães.
Posibles soluciones
La vulnerabilidad de los periodistas seguirá siendo latente porque “esto no es un problema técnico. Es un problema cultural dentro de las redacciones”, de acuerdo con Sean Sposito, de Verizon Media.
Por ahora, lo más urgente es tomar acciones de mitigación, recomiendan los expertos.
Primero, se debe fomentar y aplicar la prevención, como utilizar contraseñas complejas de hackear, no exponer información privada (o sensible) en la web y solicitar una línea telefónica exclusiva para el trabajo.
Segundo, se debe buscar apoyo de organizaciones que defiendan la libertad de prensa y la seguridad digital. Así se puede aprender y denunciar de forma eficaz.
Tercero, se deben conformar espacios dentro de las salas de redacción para comunicar (preferiblemente de manera anónima) el acoso que están sufriendo y así tomar medidas colectivas para proteger a todo el staff.
Esto es temporal. Aún faltará un largo camino (esperando que no ocurran casos fatales) para que las soluciones hagan parte esencial de la formación y rutina de los periodistas.
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